jueves, 11 de diciembre de 2014

REFLEXIÓN PRIMERA, de Ángel González



 ilustración de Javier Charro

REFLEXIÓN PRIMERA

Despertar para encontrarme
esto:
la vida así dispuesta,
el cielo
turbio, la lluvia
que lame los cristales.

Abrir los ojos para ver
lo mismo,
poner el cuerpo en marcha para andar
lo mismo,
comenzar a vivir, pero sabiendo
el fracaso final de la hora última.

Si esto es la vida, Dios,
si este es tu obsequio,
te doy las gracias –gracias— y te digo:
Guárdalo para ti y para tus ángeles.

Me hace daño la luz con que me alumbras,
me enloquece tu música
de pájaros,
pesa tu cielo demasiado,
oprime,
aplasta, bajo y gris, como una losa.

Todo está bien, lo sé.
Tu orden
se cumple.
                 Pero alguien
envenenó las fuentes
de mi vida, y mi corazón es
pasión inútil, odio
ciego, amor desorbitado,
crisol donde se funden
contrariedades con contradicciones.

Y mi voluntad sigue,
inútilmente,
empeñada en la lucha más terrible:
vivir lo mismo que si tú existieras.

ÁNGEL GONZÁLEZ 


sábado, 6 de diciembre de 2014

DOS POEMAS DE KARIM CHERGUI



 ilustración de Yacek Yerka

LA INASIBILIDAD DEL MAR

No puedes parpadeando reciclar el viento,
comprende que es inútil el esfuerzo,
como lo hace el pájaro atrapado en un respiradero
que deja de agitar sus alas y empieza  a entender
que nunca debió meterse ahí.

Puedes celebrar la piedad del pie descalzo
que justo se ahueca antes del talón
para permitir vivir a las hormigas,
y ése será tu único éxito:
la sensación de no haber matado a nadie,
de ser inocente en el juicio a los ojos callados,
reivindicar que hiciste lo que pudiste,
repetirlo insistente como el goteo del riego por goteo:
hice
loque
pude.

E incluso puedes jactarte de conocer el saber de los esquimales
y sus cien maneras de distinguir el blanco.

Todo será inútil,
ya que nunca quisiste entender
la nostalgia de iceberg del cascote desprendido.
Porque no entiendes nada
si al ver llover por la ventana
te fijas en el horizonte
y no en el camino sobre el cristal
de la gota llovida.

No entiendes nada
si defines bonsái como árbol enano;
no entiendes nada,
y da igual el tiempo que decidas esperar,
da igual tu estudio cuidadoso sobre el calendario de los cometas,
da
igual,
eres un murciélago sordo
que lanza un grito hacia la pared
y todavía espera, absurdo, un eco para orientarse.

Entérate ya:
puedes coger agua con las manos, pero no el mar.


LA SUICIDA DE NADIE

“Llegar a la estación y verte saltar desde el mismo andén.”
NACHO VEGAS

Ella baila sobre los bordes del andén
El lago de los cisnes negros
en una coreografía que yo sé
que termina con un salto a la vía,
porque ella me explicó un martes
que una caracola siempre te miente al oído acerca del mar:
“una caracola no te hablará del grito de los ahogados,
ni te dirá que el mar es un desierto
que, como yo, ha llorado hasta llenarse.”
Y porque ella no es caracola que calla naufragios
sino mar honesto que duele
sé, al verla bailar ahora sobre el andén,
que antes de su último salto me mirará breve
y me dirá con los ojos “vete,
no quiero ser
la suicida de nadie.”

KARIM CHERGUI , 


 ambos poemas están incluidos en su libro JACQUES Y EL MAR.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

LECTURA JUNTO A ABEL SANTOS EN EL ATENEU BARCELONÈS

Las nubes no dejaron ver el sol durante los cuatro días que pasé en Barcelona, sin embargo, por mucho que las calles se vistieran de gris, no perdieron ni un ápice de su belleza y encanto. Adoro recorrer a pie el paisaje de taxis negros y amarillos, de gigantestos comercios y clásicas fachadas, desde Gaudí al mar, pasando por emblemáticos edificios, como el Palacio Savasonna, muy cerquita de Las Ramblas: la sede del Ateneu Barcelonès.

Allí tenía una cita, el pasado 28 de noviembre, con el Colectivo de Escritores El Laberinto de Ariadna, junto a mi amigo, el también escritor y poeta Abel Santos, para leer poesía y mantener una agradable tertulia.

Qué puedo decir: estoy muy agradecido a Felipe Sérvulo, por su presentación y compañía, al Colectivo de Escritores El laberinto de Ariadna, por su invitación, y a Abel Santos por su propuesta y, cómo no, por pensar en mí.

Como parte de un recuerdo imborrable, os dejo aquí algunas de las fotografías de mis cuatro días en la Ciudad Condal y el vídeo íntegro del evento.




















martes, 25 de noviembre de 2014

SILENT HILLS



  


SILENT HILLS
Come my love and we will dance again
By the side where the waters run
                                                             DARE
Ella dejó de correr
con los pies desnudos.
Se hartó de sentir
el golpe
las zancadillas
y se hizo fuerte

y ahora corre con las botas puestas
con la sonrisa aparcada
en un rincón
de agosto
y ya no dice
nunca te quiero.

Qué distinto sería
si solo fuese amor, bailemos de nuevo

junto a estas silenciosas colinas
por donde corre el agua.

Pero esas cosas
solo sirven
para una canción.

DAVID MINAYO 


  ILUSTRACIÓN: Christelle Sánchez

sábado, 22 de noviembre de 2014

JACQUES Y EL MAR, de Karim Chergui

Dice Karim Chergui —poeta de los de ahora, de los que llevan siempre una mochila cargada de versos— que Jacques Ives Cousteau exploró las profundidades del mar y nunca, nunca, tuvo miedo de lo que pudo encontrar. Con esta excusa como hilo conductor, nos sumerge su autor en un poemario de, como él mismo definió anoche: "chico conoce a chica", con ese valor de aventurero y esa sensibilidad capaz de redactar poemas como este:



PREMONICIÓN II

Te irás y quedarán los poemas
como los últimos prisioneros de un Vietnam equivocado.

Quedarán las letras flotando en el Mar de los Sargazos,
un mar sin costa
que desconoce los gritos de sus ahogados.

Quedarán las letras como muro de carga
para sostener lo que una vez creímos cierto.

Quedarán
las letras.

Y cuando mucho tiempo después volvamos a ellas
no encontraremos sino el rastro difuso
de aquella esperanza ingenua que tuvimos:
ser dos rayos que se entrecruzan
sin devastarlo todo.

KARIM CHERGUI 


El libro de Karim se leía íntegro ayer, en uno de esos rincones de Malasaña —Aleatorio, en c/ de Ruiz, 7— que hacen de la noche y la tarde madrileñas algo digno de probar, un lugar en el que se mezclan música y poesía con el ambiente alborotado de un bar de copas, pero, eso sí, donde se guarda el oportuno silencio ante la voz rompedora del poeta.

Allí tuve la suerte de estar, invitado por su autor, escuchando a muchos y distintos poetas leer los versos de Jacques y el mar, y leyendo también, ante el micro de Aleatorio, uno de sus poemas.