DUELO AL ALBA
Ahora
que sólo queda perder la vida
te diré
que
nunca fui más tuyo que en esta noche última,
mientras
duermes
y
busca mi silencio tu silencio de almohada.
Eres mía
de
la forma en que se pierde paseando el poeta
por
las plazas
confusas
del
instinto.
Como
el beso de mármol que busca un fantasma.
Al
alba
habré
entregado la manera de amarte
—esta
rutina de verso libre
y
secretario sin cartera—
al
impasible mecanismo del orgullo.
Recuérdame
en
tu sentencia de muerte y abogados,
entre
los páramos del sueño y su emboscada.
Como
si nunca
nos
hubiésemos mentido.
DAVID MINAYO , 2013
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